Hace tiempo que se que mi amigo Rafa Herrera posee un talento especial para decir las cosas con rigor y gracia a la vez. Hoy me gustaría dejarles aquí esta perla extraída de su “paper” de presentación de dos libros de su autoría, excelentes por otra parte, como ya señalamos en otro lugar a propósito de su monografía sobre Sempere y Guarinos:
Que el destino de un escritor coincida con los objetivos de un grupo de hombres es sólo una feliz confluencia que hay que saber aprovechar al máximo, pero sin perder nunca el horizonte propio, porque, de lo contrario, al final uno arribará a puertos cada vez más alejados de Ítaca. Disciplina y libertad es el destino del escritor –o al menos, de todo escritor que esté dispuesto a elaborar su propia historia (su propio mito).
Pueden leer el resto aquí. Lo disfrutarán. Por cierto que, él aún no lo sabe, pero terminará, como lo haremos todos, en medio de las espesuras de la novela contemporánea, sino al tiempo. Esta frase final de su discurso adelanta muchas suposiciones: De Isabel diré que es ella quien hace factible que mi poca afición al mundo se convierta en feliz ironía.
Desde esta esquina literaria, mi más calurosa felicitación por hacer dos entregas en un mismo día, cosa que no todo el mundo puede decir. Que sean muchas más.
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